Ulisses per Vladímir Nabòkov
Vladímir Nabòkov (1899-1977) és un dels grandíssims novel•listes del segle XX, d'una generació posterior a la de Joyce i de qui segurament llegirem alguna cosa en un futur no gaire llunyà, la seva novel•la més popular, Lolita, o la seva millor, Ada o l'ardor, també sobre amors incestuosos. Nabòkov, de família noble, va començar escrivint en rus però es va exiliar arran de la Revolució del 1917, primer a Berlín i després, amb l'ascensió de Hitler als anys trenta, als Estats Units. Allà va exercir de professor de literatura, rus i lepidopterologia i va escriure les seves grans novel•les, no sabem ben bé si en rus o en anglès. Nabòkov va convertir-se en un crític àcid i lúcid. Els textos sobre literatura que va deixar són lliçons magistrals, però tenia les seves tírries, i una d'elles era l'Ulisses de James Joyce.
Tingui o no tingui raó Nabòkov, el que és innegable és que el llibre de Joyce és un monument literari i que va marcar de manera profunda tota la literatura posterior, fins i tot la de Nabòkov, cosa que ell no pot dir de les seves millors obres.
Albert Mestres
En aquest enllaç hi trobareu el capítol del llibre de Nabòkov Curso de literatura europea on analitza l'obra de James Joyce Ulisses.
Us en destaco un fragment perquè contradiu, en part, tota la nostra introducció a aquesta obra. Us recomanem la lectura del text complet perquè no té pèrdua.
[...] Ulises es una estructura sólida y espléndida, pero un poco sobreestimada por esa clase de críticos más interesados por las ideas, las generalidades y los aspectos humanos que por la obra de arte en sí. Debo preveniros especialmente contra la tendencia a ver en los aburridos vagabundeos de Leopold Bloom y sus pequeñas aventuras de un día de verano en Dublín una parodia fiel de la Odisea, con Bloom haciendo el papel de Odiseo -o sea, de Ulises, hombre de múltiples recursos-, o la adúltera mujer de Bloom representando el de la casta Penélope, mientras que a Stephen Dedalus se le asigna el de Telémaco. Evidentemente, en la cuestión de los vagabundeos de Bloom hay un eco homérico vago y general, tal como sugiere el título de la novela; y existen numerosas alusiones clásicas, entre muchas otras, a lo largo del libro; pero sería una completa pérdida de tiempo buscar paralelos en cada uno de los personajes y cada una de las situaciones del libro. No hay nada tan tedioso como una larga alegoría basada en un mito trillado; después de la publicación de la obra en partes, Joyce suprimió los títulos seudohoméricos de los capítulos al comprobar de lo que eran capaces los pelmas eruditos o seudoeruditos.
[...] ¡Cuál es, entonces, el tema principal del libro? Muy sencillo:
1. El pasado irremediable. El hijito de Bloom ha muerto hace tiempo, pero su imagen perdura en su sangre y en su cerebro.
2. El presente ridículo y trágico. Bloom todavía ama a Molly, su mujer, pero deja que el destino siga su curso. Sabe que por la tarde, a las cuatro treinta de ese día de junio, Boylan, elegante empresario y apoderado de Molly irá a visitarla, y no hace nada por impedirlo. Procura mantenerse escrupulosamente al margen de la marcha del Destino; pero a lo largo del día está a punto de tropezarse con Boylan una y otra vez.
3. El futuro patético. Bloom se tropieza también constantemente con otro joven: Stephen Dedalus. Bloom se da cuenta poco a poco de que esto puede ser una pequeña deferencia del Destino. Si su mujer debe tener amantes, entonces el sensible y artístico Stephen es preferible al vulgar Boylan. De hecho, Stephen podría dar lecciones a Molly, podría ayudarla en su pronunciación italiana para su profesión de cantante; en fin, podría ejercer una influencia refinada, piensa Bloom con cierto patetismo.
(V.Nabokov)